Un aniversario trágico: Una crónica de los temblores del 19 de septiembre. Crónica

Un aniversario trágico: Una crónica de los temblores del 19 de septiembre

27 de marzo de 2023

El temblor coincide con el aniversario de los terremotos de 1985 y 2017, los más destructivos de la historia reciente del país.

Se estima que fueron 10 mil personas murieron en el terremoto del 1985. Foto: Cuartoscuro Créditos: Gobierno de México

El jueves 19 de septiembre de 1985 a las 7:17 de la mañana, México fue sacudido por un terremoto de magnitud 8.1 en la escala de Richter. El epicentro del temblor se localizó en la costa del Pacífico cerca de la desembocadura del río Balsas, en la costa del estado de Michoacán, pero el impacto se sintió con fuerza en la capital del país, a más de 350 kilómetros de distancia.

Este temblor con una duración aproximada de dos minutos provocó daños severos en cientos de edificios de la capital y cambió por completo la imagen de la Ciudad de México, el número de víctimas reportadas oscila entre, 10 mil muertos, 40 mil lesionados, 5 mil desaparecidos, 150 mil damnificados, 50 mil familias sin hogar, asimismo.

Se estima que las pérdidas económicas superaron los 4 mil millones de dólares. Hasta el momento es el más significativo y dañino, registrado en la historia contemporánea del país.

El temblor afectó a la Ciudad de México de muchas maneras diferentes. Algunas de las zonas más afectadas fueron la colonia Roma, el centro histórico de la ciudad y la colonia Condesa, donde varios edificios se derrumbaron por completo. El Hotel Regis, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, también se derrumbó, matando a decenas de personas.

Aproximadamente 10:00 de la mañana, la sociedad civil se unió en las labores de rescate, se movilizó en una enorme operación de rescate y recuperación. Los servicios de emergencia y las fuerzas armadas trabajaron incansablemente para rescatar a las personas atrapadas bajo los escombros y proporcionar atención médica a los heridos.

En esta fotografía se muestra el esfuerzo de los voluntarios que participaron en el rescate y recuperación en el temblor de 1985. Foto: Cuartoscuro Créditos: Gobierno de México

Los voluntarios de todo el país entre los que se destaca el grupo denominado como los topos, también se unieron a los esfuerzos de rescate, brindando ayuda y apoyo a los afectados.

La respuesta internacional también fue rápida y generosa. Los equipos de rescate y la ayuda llegaron de todo el mundo, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Francia, Israel y Japón. Esta ayuda humanitaria incluyó alimentos, agua, medicinas y refugio para los damnificados.

Sin embargo, la reconstrucción fue un proceso largo y difícil. El temblor había dejado a la Ciudad de México en ruinas, con miles de edificios dañados o destruidos. Los esfuerzos de reconstrucción se vieron obstaculizados por la corrupción y la burocracia, así como por la falta de recursos financieros. El proceso de reconstrucción se prolongó durante muchos años, y aún hoy se pueden ver los efectos del temblor en algunos sectores de la ciudad.

La réplica de magnitud 7.1 que ocurrió un día después, en la noche del 20 de septiembre a las 7:37 horas también tuvo una enorme repercusión en la capital mexicana, donde terminaron de colapsar estructuras y edificios reblandecidos el día anterior.

El terremoto de 1985 marcando un antes y un después en la vida de la Ciudad de México y de sus habitantes, el desastre llevó a una mayor conciencia sobre la necesidad de construir edificios más seguros y de prepararse para futuros terremotos así como fomentar una cultura de prevención y preparación, que ha ayudado a reducir los daños causados por los terremotos posteriores.

El martes 19 de septiembre de 2017 a la 1:14 de la tarde, México fue nuevamente sacudido por un terremoto de magnitud 7.1 que dejó un saldo de al menos 369 muertos, de los cuales 228 fueron de Ciudad de México, 74 de Morelos, 45 de Puebla, 15 del Estado de México, 6 de Guerrero y uno de Oaxaca.

El epicentro del terremoto se ubicó a 12 kilómetros de Axochiapan, Morelos, en los límites entre Morelos y Puebla, a unos 120 kilómetros al sur de la Ciudad de México, pero el temblor se sintió en toda la región central del país.

Sismo del 19 de septiembre 2017. Foto: © Oswaldo Ramírez

El terremoto llegó en un momento especialmente trágico, coincidiendo con el 32. º aniversario del terremoto de 1985 que dejó a la ciudad en ruinas. Muchos habitantes de la Ciudad de México estaban realizando simulacros de terremoto cuando ocurrió el temblor, sin embargo, nunca imaginaron que un desastre como ese volvería a ocurrir en su vida.

La respuesta de la comunidad fue abrumadora, minutos después del sismo y sin saber los daños que éste había ocasionado, los mexicanos, en especial personas jóvenes, se solidarizaron y comenzaron a ayudar con lo que pudieron, intervinieron en labores de rescate, en la remoción de escombros y en la ayuda de víveres como comida, ropa y medicamentos.

Sismo del 19 de septiembre 2017. Edificio de la calle Petén y Emiliano Zapata, en la colonia Santa Cruz Atoyac. Foto: © Oswaldo Ramírez

El gobierno mexicano aproximadamente a las 14:50 horas declaró un estado de emergencia y activó los planes Marina y Mx en las zonas de derrumbes, asimismo, estableció un fondo de ayuda para la reconstrucción de las áreas afectadas. Muchos países, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Japón y España, también ofrecieron su ayuda y enviaron equipos de rescate y suministros médicos.

La tragedia del terremoto no solo afectó a los habitantes de la Ciudad de México, sino también a los habitantes de los estados cercanos de Morelos y Puebla, en particular, estos sufrieron graves daños en sus ciudades y pueblos, muchos edificios históricos, incluyendo iglesias y museos, quedaron en ruinas.

El terremoto tuvo un impacto económico significativo en el país, La Bolsa Mexicana de Valores cerró temporalmente debido a la sacudida, y muchas empresas y fábricas sufrieron daños en sus instalaciones.

A las 10:37 de la mañana del 20 de septiembre 2017 hubo una réplica de 4.0 que duró 1.5 minutos.

A pesar de la respuesta rápida de la comunidad y del gobierno, la reconstrucción después del terremoto ha sido lenta y difícil. Muchas personas siguen sin hogar y los edificios históricos que quedaron en ruinas aún no han sido reconstruidos.

Además, el terremoto expuso la falta de infraestructura sísmica adecuada en el país, lo que llevó a un debate sobre cómo prepararse mejor para futuros desastres naturales. El terremoto también tuvo un impacto emocional profundo en el país.

Los mexicanos se unieron en solidaridad para ayudar a las víctimas del desastre y expresar su dolor por la pérdida de vidas. Los rescatistas que trabajaron incansablemente para salvar vidas se convirtieron en héroes nacionales y se les rindió homenaje en todo el país.

Rodrigo A. 


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